Cara A = 1. La encrucijada. 2. La leyenda del pecador.
Cara B = 3. El hijo del mal. 4. Soñador compulsivo. 5. Sol naciente.
Autoeditado / Sin nº de referencia
Si algo tengo claro es que hay que escuchar atentamente a quienes saben: es la forma de aprender. Así que cuando recibí un mensaje Matt (el 50% de los admirables Sara Gee & Ramblin’ Matt -si buscáis encontrareis en este blog unas cuantas reseñas sobre varios muy buenos discos suyos-) en el que me recomendaba prestar atención a una banda llamada Los Nodoyunas, no dudé ni un momento en hacer uso del socorrido YouTube para ver qué banda era aquella y qué era exactamente lo que hacían porque, la verdad sea dicha, no tenía ni idea de quienes eran. Ni qué decir tiene que la primera impresión fue buena. Muy buena. Matt estaba en lo cierto y Los Nodoyunas eran una banda a la que tener en cuenta… Así que vaya desde aquí mi agradecimiento a Matt ponerme tras la pista de esta banda.
El siguiente paso era conseguir el disco que habían publicado en 2021, “Al este del oeste”, un LP de 5 canciones (o un EP en 12”… o un mini LP… cada uno que lo llame como quiera…). Tras recibirlo hace unos días y haberlo escuchado no menos de media docena de veces, aquí estamos, aporreando el teclado del ordenador para escribir una reseña sobre dicho disco de esta banda de Puerto de Sagunto (Valencia) que forman David Fornes (guitarra y coros), Salva Gamón (voz y armónica), Daniel González (batería y percusión) y David Silla (bajo).
Empiezan la cara A con “La encrucijada”, Rock’n’Roll guitarrero de la mejor especie con guiños al Blues que recuerda, por situarnos un poco, a los Burning. Los Nodoyunas dejan claro ya desde el principio que tienen una sección rítmica bien contundente, una guitarra que te pone a pegar botes y una voz que encaja perfectamente. Este tema, en directo, tiene que ser como para no perdérselo. Siguen con un cambio de estilo, no dejando del todo el Rock’n’Roll pero acercándose al Country con “La leyenda del pecador”, donde añaden una armónica que le sienta de maravilla a la ambientación de la canción: difícil conseguir un mejor encaje entre la música y la historia que cuenta la letra. Mi corte favorito del disco sin duda alguna. Una joya, afirmo.
“El hijo del mal” es el título de la primera canción que encontramos al dar la vuelta al disco, en la que vuelven al Rock’n’Roll guitarrero, demostrando de nuevo las virtudes que ya habían dejado ver en el primer tema de la otra cara. Alguien quizás dirá que la guitarra se acerca por momentos al Hard Rock y sí, probablemente tendrá razón, pero lo hace sin excesos, en adecuada sintonía con lo que pide la canción. Continuan con “Soñador compulsivo”, corte en el que bajan varias velocidades para ponerse a medio ritmo, dar entrada a otros elementos de percusión además de la batería, hacer acertado uso del slide en la guitarra y acompañarlo todo con una letra que me ha atrapado desde la primera escucha. Cierran el disco versioneando el conocidísimo “House Of The Rising Sun” popularizado por The Animals: lo hacen en castellano, titulándola “Sol naciente” y aportando un nuevo texto, diferente de las adaptaciones que en su día grabaron Lone Star (cercana a una traducción del original) o Bruno Lomas. Añaden a la insrumentación habitual del grupo un órgano para darle ese toque de Rhythm’n’Blues 60’s pero sin perder en ningún momento su sello de identidad con la contundencia de su sección rítmica, esa guitarra entrando contundente en los solos y la voz envolviéndolo todo. A ver, no son The Animals, ni mi admiradísimo Bruno Lomas, pero firman una versión buena de verdad.
Las ilustraciones que forman la portada me parecen otro acierto y completan un disco, “Al este del oeste” de Los Nodyunas, que me parece muy recomendable si te gusta el Rock’n’Roll guitarrero, sin complejos y sin purismos (pero, ¿puede una música tan mestiza como el Rock’n’Roll quedar acotada por purismos?).
En mi opinión Los Nodoyunas son una banda que merece más reconocimiento y, lo vuelvo a decir, es este un disco digno de ser recomendado.
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