Cara A = 1. C’est la Vie (You Never Can Tell). 2. No Particular Place To Go. 3. Maybellene. 4. Route 66 (Get Your Kicks On). 5. Rock & Roll Music. 6. Johnny B. Goode. 7. Good Golly Miss Molly.
Cara B = 8. Hey, Good Lookin’. 9. I’m So Lonesome I Could Cry. 10. Jambalaya (On The Bayou). 11. Your Cheatin’ Heart. 12. I Saw The Light. 13. Nashville Rebel
Rock Cd Records / Sin nº de referencia
¿Cuántas veces nos hemos quejado de que no hay relevo generacional en el mundo del Rock’n’Roll? Pues quizás va siendo hora de que nos demos cuenta de que haberlo, lo hay. Sí, es cierto que no abundan jóvenes que se salgan de las modas y se interesen por el buen y viejo Rock’n’Roll, pero también es cierto que hay excepciones… y mucho ojo con la calidad de esas excepciones. Sirvan como ejemplos, sin salirnos de nuestras fronteras, La Perra Blanco, The Dixie Family, Pistol Packin’ Mama… o David Mad Mayer, que es precisamente de quien venimos a hablar (o a escribir) hoy. Por cierto, del resto de artistas y grupos mencionados tenéis discos comentados en meses anteriores, por si queréis dar una leída a las reseñas.
David Mad Mayer se dio a conocer mediáticamente al tener el tremendo atrevimiento de presentarse a un concurso televisivo de esos llamados “talent shows” del cual omitiremos el nombre. Digo que tuvo el tremendo atrevimiento porque teniendo las ideas tan claras como él está demostrando tenerlas sobre su estilo, sobre lo que quiere cantar y tocar, pocas opciones creo que tenía en dicho concurso donde si algo no buscan es a alguien con un estilo claro, definido y absolutamente alejado de modas. Bravo por David… por su valentía y por su personalidad. No pasó el corte, pero lo que demostró vale mucho más que el hecho de pasar una ronda: si no habéis visto su participación, la podéis encontrar en YouTube: os daréis cuenta de que el caballero va sobrado de voz, de clase… de calidad. En fin, la televisión y sus cosas…
Su voz es precisamente lo que destaca por encima de todo cuando dejas caer la aguja sobre los surcos de “Quarantine Sessions” y el disco empieza a girar a las reglamentarias 33 1/3 rpm. Suena alto, fuerte, perfectamente controlada… y aunque se trata de un disco de versiones, ese hecho distintivo de su voz le da un “algo” que te hace dar valor a sus interpretaciones. No es lo que comes, sino cómo lo masticas.
Según cuenta el artista en las notas de contraportada, las grabaciones las hizo en su casa durante los meses de confinamiento en 2020 (algo bueno sacaremos aun de aquel confinamiento, mira tu) y cada cara del disco ha quedado dedicada a uno de sus ídolos, añadiendo un bonus track por lado. La cara A, que recibe el subtítulo de “Chuck’n’Roll” es para versiones de temas de Chuck Berry, con el añadido de un homenaje a Little Richard. La cara B es para rendir tributo a Hank Williams y recibe el subtítulo de “Ramblin’ Man”, cerrándose el disco con una versión de Waylon Jennings, de quien apunta que es su ídolo. Magnífico Rock’n’Roll por un lado y excelente Country al dar la vuelta al disco.
Sí, sí, son versiones, lo sé y ya lo hemos dicho, pero insisto en que solo por el poder, por la calidad, de la voz de David Mad Mayer es este, “Quarantine Sessions”, un LP que merece la pena ser escuchado. Además de que en el apartado musical también está muy bien, con unas solventes guitarras de las que entiendo que se encarga David, además del piano, y con Cristian Zuheros ocupándose de la batería. Sin desmerecer a ninguno de los 13 cortes incluidos, de la parte rocanrolera me quedo con el “C’est la Vie (You Never Can Tell)” que abre el disco y con la para mi excelente revisión que hace de “Maybellene”; mientras que del lado Hillbilly me quito el sombrero ante sus interpretaciones de “Hey, Good Lookin’”, la siempre preciosa “I’m So Lonesome I Could Cry” y el clasiquísimo “Your Cheatin’ Heart”.
El simple hecho de versionear a Chuck Berry, a Little Richard, a Hank Williams, a Waylon Jennings y salir vivo del intento ya merece ser reconocido y alabado, pero es que además David lo ha hecho con estilo, personalidad y luciendo esa voz profunda que es su signo distintivo.
Permitidme que os recomiende este LP de David Mad Mayer, “Quarantine Sessions”, que por cierto es una edición limitada (y numerada): que no se os escape porque merece mucho la pena. Una nueva prueba de que sí que hay jóvenes interesados en el Rock’n’Roll… y de que son jóvenes con una calidad más que evidente. Que sí, caramba, que hay futuro para el Rock’n’Roll. Alegrémonos y démosles nuestros apoyo, porque lo merecen.
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