1. I Won't Be Your Fool 2. Who's The One That Stole Your Heart 3. He Can Rock 4. You Ain't Pleasing Me 5. Another Love 6. Same Thing 7. Horror Movie 8. Stranger 9. Love Me Tonight 10. I Don't Believe 11. He's Gone 12. If Lovin' Is Believin' 13. Baby, How Long
Rhythm Bomb Records / RBR CD-5889
Billie es Ana Klabucar, una cantante croata con una voz de las que tumban de espaldas: poderosa es poco; y The Kids son una banda de Rhythm'n'Blues, con sus guitarras, su sección rítmica y su sección de viento, de lo más competente y que suenan, al igual que su cantante, muy, muy bien. Creedme: Billie And The Kids, si no los conocéis, son una banda que os va a sorprender muy gratamente.
"Soulful Woman", que por lo que parece es su segundo larga duración, trae 13 canciones combinando propias con ajenas, con clara mayoría de las primeras, y destacar alguna por encima del resto debo reconocer que se me hace difícil, porque entre el chorro de voz de Billie y el magnífico hacer de The Kids me tienen como hipnotizado... Haciendo un esfuerzo y puestos a elegir, creo que me quedo con "He Can Rock", que para entendernos podríamos decir que va por los terrenos de Little Richard, y "Horror Movie", en la que la interacción de la voz de Billie con la respuesta que le da la sección de metales se me antoja brillante. Añadiré, eso sí, que me parecen mejores los temas rápidos (que son mayoría) que las baladas incluidas en este cd. Pero ojo, con esto quiero decir que los rápidos andan por el sobresaliente, mientras que las baladas se mueven tranquilamente por el notable... O sea, nada de lo que preocuparse o que afee el resultado final de "Soulful Woman".
Poco más que añadir: desde Croacia tenemos una banda, Billie And The Kids, con una calidad sencillamente enorme (como si eso, lo de la calidad enorme, fuese sencillo) y creo que no quedan dudas de que recomiendo este "Soulful Woman"... Yo, de hecho, voy a intentar hacerme con su anterior trabajo ("Jukebox Daddy", también publicado por Rhythm Bomb Records) a la mínima ocasión.
¡Qué cantante! ¡Qué músicos! ¡Qué arte!
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